Coliflor: Más información sobre siembra, plantación...

Aunque pertenece a la gran familia de las Brassicaceae, la coliflor no crece tan fácilmente. He aquí la información principal que debe tener en cuenta al integrar la coliflor en su rotación. En la mayoría de los casos, las plantas jóvenes de coliflor de 3 a 5 semanas se plantan mecánicamente, a veces con sembradoras o trasplantadoras automáticas. Sembradas en bandejas desde el invierno hasta el verano, estas crías se plantan a continuación a principios de la primavera. Es aconsejable escalonar la plantación para escalonar la cosecha, ya que la coliflor es una hortaliza que no se conserva bien en el tiempo. El tiempo y el clima pueden convertirse en factores limitantes para la producción de coliflores: en efecto, las coliflores son sensibles al calor y no crecen bien en climas áridos y calurosos. Las diferentes olas de calor que azotaron España este verano 2022 tuvieron un gran impacto en la implantación de la coliflor en algunas partes del país. Las plantas jóvenes de coliflor tuvieron que soportar un parón vegetativo que detuvo su crecimiento. Algunas variedades pueden soportar algunos días a temperaturas más cálidas, pero en general no les gustan las temperaturas superiores a 30°C. La coliflor es una planta que también es sensible al estrés hídrico: requiere un riego constante y regular para desarrollarse de forma óptima.

Las brasicáceas se adaptan a la mayoría de los suelos y se encuentran fácilmente en toda Europa (tanto en estado silvestre como en todas las variaciones de especies conocidas). Pero las coles comunes y, sobre todo, las coliflores no son las más fáciles de cultivar. Al requerir un suelo rico o una fertilización adaptada, los cultivos de coles pueden sufrir carencias, especialmente de boro, manganeso y magnesio. Estos macroelementos y oligoelementos están presentes de forma natural en el suelo, a veces en cantidades insuficientes tras años de cultivo sin aportes o retornos al suelo. Estas carencias se caracterizan a menudo por la sequedad o el marchitamiento de las hojas o las cabezas, lo que puede afectar al rendimiento final del cultivo. Sin embargo, estas carencias siguen siendo minoritarias en comparación con las carencias de nitrógeno o de potasio que suelen afectar a los cultivos de coles: en ambos casos, las hojas se secan, desde la punta hasta la inserción de la hoja y el tallo, apareciendo una decoloración roja o incluso púrpura en el caso de una carencia de nitrógeno.