Albahaca: para saber más sobre siembra, plantación...

Aunque la albahaca es una planta perenne en Asia, en los climas más fríos se cultiva como planta anual, a diferencia del tomillo o el romero, porque requiere un clima cálido y soleado durante todo el año. No prospera por debajo de los 12°C y es realmente sensible a las heladas: no tolera ninguna temperatura inferior a 0°C o simplemente morirá.

La planta puede medir hasta 60 cm de altura, con hojas verdes ovaladas de 3 cm de longitud en la mayoría de las variedades, pero no en todas: algunas tienen hojas enormes y otras tienen hojas rojas o moradas... Las formas de las hojas también varían según las variedades. El tallo de la planta tiene una sección cuadrada (al igual que muchas especies de las Lamiaceae).

Los suelos frescos y bien drenados son sus preferidos, pero puede adaptarse a muchos terrenos, siempre que se calienten rápidamente en primavera. Para la germinación, las temperaturas ideales se sitúan entre 20 y 25°C. Lo mismo ocurre con las temperaturas de cultivo (y nunca por debajo de 12°C). La siembra puede iniciarse en abril o mayo para la producción en campo abierto. Las semillas necesitan riego para germinar.

En el caso de las macetas, el cultivo puede realizarse durante todo el año en invernadero con una densidad de siembra de 40 semillas/macetas (para una maceta de 10-12 cm). 

Para los campos abiertos, la densidad de siembra es de unas 100 plantas por metro lineal con un espacio entre hileras de 20 a 30 cm. La cantidad total de semillas necesaria para 1 ha es de unos 4 kg.

Se aconseja la fertilización, en función de los restos de los campos. El cultivo dura 80 días aproximadamente para los campos abiertos y unos 45 días para las macetas.

La albahaca se cosecha casi siempre antes de la floración porque son las hojas las que interesan y son fuente de ingresos. Para evitar la floración y aumentar la producción de hojas, los productores pueden a veces cortar los tallos principales, justo por encima de un nudo de la hoja. Al cabo de unos días, crecerán nuevos tallos a partir de ahí y producirán más y más hojas. En los campos, la cosecha puede hacerse a mano o con cosechadoras mecánicas especializadas. Se pueden realizar tres cortes en una temporada, con un rendimiento de 1 kg/m² aproximadamente. Tras el corte, las plantas deben refrescarse y almacenarse en cámaras frigoríficas.